miércoles, julio 22, 2009

De la prensa y la política contaminantes

Gabriel Moreno (Londres) – La prensa mexicana a menudo opera como un vehículo altamente contaminante, funciona con gasolina de mala calidad y sus emisiones enrarecen la atmósfera democrática del país. Al depender en gran medida de las declaraciones de políticos casados con su ignorancia, falta de visión e intereses de grupo, la agenda mediática proyecta la idea de un México corrupto y chabacano, permanentemente atascado en el subdesarrollo. Sin más fundamento que mi opinión como observador político, creo que es necesario que los mexicanos modifiquemos nuestra forma de percibirnos a nosotros mismos, y para esto se requiere una prensa responsable que deje de tolerar la imbecilidad de los funcionarios públicos y que rescate aspectos positivos de nuestra vida social. Haré este breve planteamiento usando dos ejemplos recientes que vinieron a mi atención a través de dos medios escritos, uno nacional y el otro extranjero.

En un desplante de charro bravucón el secretario de gobierno Fernando Gómez Mont (en la foto, publicada por El Universal) prácticamente retó a la llamada “Familia Michoacana” a trenzarse a balazos con el ejército. Leí sobre esto en una nota de El Universal, que dejó bien claro que es un funcionario que lejos de estar a la altura que su cargo le demanda, se expresa de forma primitiva y pueril, reflejando así su grosera naturaleza individual, y su desprecio por los millones de personas a quien sus decisiones afectan.

Prefiero sin embargo ocupar este espacio de manera constructiva, y es por eso que dejaré el tema de funcionarios parásitos para referirme a aquellos que posiblemente tienen algo que ofrecerle al país. A veces es difícil encontrarlos pero un artículo de la revista británica The Economist me permitió enterarme de un caso ejemplar. Se trata del director del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, Héctor Velázquez, quien lanzó en noviembre del 2007 un programa de empleo para personas discapacitadas. Según relata la publicación, 60 de estos trabajadores circulan a lo largo de la terminal aérea, brindando información y una cara amable a los usuarios que lo necesitan. A cambio, los trabajadores reciben un salario mensual de $550 dólares, que aunque lejos de ser abundante les proporciona una relativa independencia económica, y les da razones para ver la vida con cierto grado de optimismo. Jazmín Flores Martínez, por ejemplo, es una de las personas empleadas en el aeropuerto, y dijo a la revista que “cuando no tienes trabajo te quedas en casa pensando todo el día en tus malestares. Ahora somos independientes, y la gente puede ver que nuestra condición física no nos limita. Ya no te ven como una cosa rara” (traducción de la cita en inglés). El reporte de The Economist agregó que México está a la vanguardia como promotor de los derechos de las personas con discapacidades en los países en vías de desarrollo. Lejos de ser esta una razón para ponerse a brindar, la publicación agregó estimaciones del Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad, de acuerdo al cual la disponibilidad de empleo para personas con discapacidad es al menos 50 por ciento inferior respecto de la misma variable para el resto de la población. Significa que hay trabajo por hacer. Lo importante es que existe gente como Héctor Velázquez, el director del Benito Juárez, que utilizan su imaginación para mejorar la realidad diaria de personas como Jazmín Flores. Al final, la idea de esta columna no busca únicamente reconocer el trabajo de un individuo, sino plantear la necesidad de ubicar a aquellas personas que tienen la visión e inteligencia para tomar decisiones que beneficien a la ciudadanía, independientemente de afiliaciones partidistas, sindicales y de otros intereses creados que han estado históricamente vinculados con en el ejercicio de la función pública. Ojalá los medios de comunicación en México le prestarán menos atención a declaraciones imbéciles como las de Gómez Mont, y pasarán más tiempo localizando a las personas que con su trabajado diario crean riqueza material y social en beneficio de otros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando vio las declaraciones de Gomez Mont, en primera plana de todos los periodiscos mexicanos el dia de ayer, no podia sino sentir tristeza. Que falta de responsabilidad tiene esta persona. Los narcotraficantes estan infinitamente mejor amrmados que el ejercito, y tan solo la semana pasada encontraron 12 cuerpos de policias federales debido precisamente a que no pueden "luchar" contra ellos. Que falta de respeto a las familias de estas personas. Que tristeza nacional...